La arquitectura ha sido esencial a lo largo de la historia humana, proporcionando refugio desde tiempos prehistóricos hasta las estructuras modernas. Desde las primeras cuevas utilizadas como abrigo hasta los rascacielos contemporáneos, los edificios no solo cumplen una función práctica, sino que también son expresiones del poder y la identidad cultural de una sociedad. Esta relación entre la arquitectura y la percepción del entorno construido se manifiesta en proyectos contemporáneos como la Escuela de Arquitectura de Nantes en Francia, donde una fachada delgada y translúcida maximiza la entrada de luz natural, creando espacios amplios y luminosos que fomentan un entorno propicio para el aprendizaje.
Por otro lado, ejemplos como el Centro de Innovación UC – Anacleto Angelini en Chile, diseñado por Alejandro Aravena y ELEMENTAL, muestran cómo la opacidad y el peso pueden ser utilizados de manera estratégica en la arquitectura moderna. Este proyecto enfatiza la solidez y presencia física del edificio mediante una fachada de hormigón predominantemente opaca, que protege el interior del edificio de la luz solar directa y crea una atmósfera de privacidad y contemplación para los ocupantes. Estos ejemplos subrayan la importancia del grosor y la transparencia en el diseño arquitectónico contemporáneo, no solo en términos de funcionalidad, sino también en la experiencia del usuario y la integración con el entorno urbano.